Los dramáticos datos que sobre educación pospandemia se han dado a conocer en las últimas semanas me han hecho recordar al Titanic. Los adjetivos abundan: crisis, catástrofe, generación perdida, etc. Y, al parecer, a todo dar adictos siguen en la fiesta, mientras el barco se hunde.
Propuestas existen, pero todas pasan por enfrentar el problema y hacer la tarea, con programas focalizados y recursos frescos, sin burocracia excesiva ni sesgo ideológico.
Hasta hace un mes insistimos al Ministerio de Educación proponiendo (entre otras medidas) un retorno al fondo: menos vías dobles, jornadas por la educación y, sobre todo, la inyección de profesionales a las salas para un reforzamiento efectivo. No podemos quedarnos en la pura retórica, es hora de pasar a la acción.
Este es un problema complejo y vital para nuestro país. Y uno se pregunta, ¿quién está tomando las decisiones en el Titanic?
José Luis Velasco
Presidente de la Asociación de Educadores de Chile A.G.